Se trata de un lavadero de titularidad pública, correspondiente al último tercio del siglo XIX, que era utilizado antiguamente por los vecinos de Trujillo y de las pedanías de Huertas de Ánimas y Belén. Tiene una superficie de más de 700 metros cuadrados y se caracteriza por su singularidad arquitectónica a base de ladrillo y piedra, mediante el juego de arcos de medio punto de ladrillo sobre pilares y pretiles de cantería.